BERLIN.-Tres jóvenes de 17 años radicalizados en círculos islamistas fueron condenados a entre siete y seis años de prisión, en un centro de internamiento para menores, por la colocación de una bomba en un templo sij de la ciudad de Essen, un atentado motivado por "su odio a otras religiones".
Según explicó en un comunicado la Audiencia de Essen, que les juzgó a puerta cerrada, los tres tenían contactos con círculos salafistas y habían participado en campañas de reparto del Corán en la calle, pero no se ha podido probar que tuvieran relación con la organización terrorista Estado Islámico.
Dos de los jóvenes fueron condenados por intento de asesinato y lesiones graves, y un tercero, que no estuvo presente el día del ataque, por conspiración para cometer un asesinato.
Los hechos tuvieron lugar en abril de 2016, cuando, según la sentencia, dos de los chicos colocaron una bomba casera -un extintor rellenado con material explosivo- a la entrada de un templo sij en el que había numerosas personas, ya que se acababa de celebrar una boda.
Un sacerdote de la comunidad sij se fracturó un pie a causa de la explosión y sigue a día de hoy de baja laboral, y varios de los presentes sufrieron cortes.
Por su parte, los daños registrados en el templo a causa del ataque, principalmente puertas y ventanas que quedaron destrozadas, ascendieron a 135.000 euros.
El tercer condenado no estuvo presente al colocar la bomba pero, según la sentencia, había acordado el ataque con sus compañeros y había propuesto el templo sij como posible objetivo.
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