 SANTIAGO.-El periódico ¨Camino ¨, en su edición de este domingo valora el contenido de la Carta Pastoral con motivo de conmemorarse el Día de la Vírgen de La Altagracia, resalta el rol jugado por la mujer dominicana y los males que afectan a ese gran segmento de la población dominicana.
En su Carta Pastoral, con motivo de la Solemne fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, los Obispos dominicanos ponen en nuestras manos un documento que nos ayuda a ver la realidad de la mujer dominicana. En 53 acápites hacen un recorrido sobre el papel que ha desempeñado la mujer en la historia dominicana de siglos pasados y en la actualidad. Sus aportes son grandes y valiosos.
Destacan que El 54% de las remesas recibidas en el país, a través de canales formales, provienen de mujeres migrantes. Son heroínas nuestras mujeres más pobres, madres del campo y de los barrios de nuestras ciudades, que poseyendo menos estudios y, consecuentemente, con menos posibilidades de trabajo formal, viven una vida de muchos sacrificios, trabajando duramente en medio de precariedades para sostener sus hogares.
No obstante lo anterior, cita la pobreza y el analfabetismo generan grandes problemas que afectan también significativamente a nuestras mujeres, como es el embarazo en edad temprana, cuyas causas principales son la desintegración familiar, la falta de educación en valores, la mentalidad subjetivista, relativista y de consumo de nuestra sociedad actual. La mujer es víctima de violencia y cuando se da en la familia se convierte en escuela de resentimiento y odio en las relaciones humanas básicas.
Refiere en el número 15 leemos: La precaria situación del hogar o la pobreza, incitan a muchas jóvenes hacia la actividad de la prostitución. En muchos casos, detrás hay una historia infantil triste y desconcertante: golpes, violaciones, humillaciones, desamparo, etc. A nuestros Obispos les preocupa ver el rostro de tantas madres de agentes policiales que salen a las calles arriesgando sus vidas con sueldos de miseria y un poder Judicial lleno de precariedades y poco control de los jueces y fiscales.
También expresan: Hemos de señalar que en el viacrucis de sus vidas, muchas mujeres dominicanas transitan por la calle de la amargura y el sufrimiento, cargando con los pecados y errores de una sociedad que no las valora ni respeta; condenadas a grandes sacrificios de pago de impuestos para mantener la vida de confort de muchos políticos sin escrúpulos. Ver como la gran mayoría de nuestras mujeres dominicanas, tienen que cargar con la cruz de un sistema de salud inoperante para los que no tienen recursos, rebotadas de las clínicas privadas por no tener seguro ni dinero, empujadas a hospitales públicos deficientes, teniendo que pagar los precarios servicios que les ofrecen.
En cuanto al aborto afirman que a ningún católico le quepa la menor duda de que éste es uno de los peores crímenes de la humanidad, como bien lo enfatiza el Papa Francisco.
La Carta también presenta una lista de mujeres que han sido luces en medio de diferentes espacios de oscuridad que ha sufrido nuestro pueblo. Ahí están desde la época de la Colonia hasta nuestros días. Pensamos que creyentes y no creyentes tenemos en este documento una hermosa oportunidad para reflexionar y comprometernos a quitar todos los obstáculos para que la mujer dominicana viva con la dignidad con la cual Dios la creó. Estemos conscientes de que es imposible construir un mejor futuro para nuestro pueblo sin la participación activa de nuestras mujeres. Quienes quieran impedir que ellas ocupen su espacio estarán frenando la historia
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