MADRID, España.- Un botín de 340.000 euros (unos 360.000 dólares al cambio
actual) fue el móvil del asesinato de una asesora del consulado de
Colombia en Barcelona (noreste), ideado por su compañero sentimental que
adeudaba 40.000 euros a la víctima.
María Eugenia Hidalgo Tovar,
de nacionalidad hispano-colombiana, cuyo cadáver apareció en junio de
2015 en Cali (Colombia), tenía una relación sentimental desde octubre de
2014 con un colombiano, Miguel Mauricio, dueño de un negocio legal de
compraventa y lavado de coches en la ciudad española de Barcelona que
atravesaba una situación económica muy precaria.
Por este crimen
el pasado martes se realizaron cuatro detenciones (dos en Barcelona y
dos en Colombia) de forma simultánea, gracias a la cooperación entre los
investigadores españoles y colombianos, según detalló hoy en rueda de
prensa la Policía Nacional española.
Los dos presuntos autores
intelectuales, detenidos en Barcelona e inmediaciones, son el amante de
la víctima y un socio suyo, el cual convenció a María Eugenia para
viajar a Santiago de Cali con el pretexto de asesorar a unos familiares
suyos en la tramitación de visados.
Durante ese viaje a Colombia María Eugenia fue asesinada.
Inicialmente,
Miguel Mauricio trató de convencer a la hermana de María Eugenia de que
ésta habría sido secuestrada y que no debía avisar a la policía de su
desaparición.Sin embargo, no se produjo ninguna petición de
rescate y, casi un mes después de desaparecer, su cuerpo apareció
sumergido en cal viva.
Los primeros detenidos fueron dos
cómplices colombianos, en concreto la persona que envió el billete para
que la víctima volara de Bogotá a Cali para realizar el asesoramiento, y
el taxista que la recogió en el aeropuerto.
Los dos autores
materiales de la muerte por asfixia, ya arrestados esta semana en
Colombia, son sicarios vinculados al narcotráfico y durante la operación
se les incautó un kilo de cocaína.
Los autores intelectuales,
dos colombianos detenidos en España a petición de Interpol, no han
confesado el crimen, según la Policía española, que además señaló que la
procedencia patrimonial de los casi 300.000 euros que la víctima
guardaba en su domicilio barcelonés “no está acreditada”.
El amante de la mujer tiene antecedentes por delitos de estafa, falsedad documental y contra los derechos de los trabajadores.
La
procedencia del dinero, que habría sido cedido a María Eugenia para que
realizara inversiones, está siendo investigada, agregó.
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