SANTIAGO, República Dominicana.- La Iglesia Católica planteó este viernes la necesidad, de que los
ciudadanos dominicanos se sometan al orden y al civismo lo que definió esenciales
para alcanzar una convivencia armoniosa como sociedad.
El criterio se encuentra en el editorial titulado “Doble conducta” de
su semanario Camino, que saldrá a la luz este domingo, y en el que
atribuyó a la falta de creación en nuestra nación, de una cultura de
respeto hacia las normas establecidas, el hecho de que las personas a
cada momento violen leyes y normas.
Ejemplifica como violación, “el uso para provecho personal de las
aceras para instalar cualquier tipo de negocio, aunque los peatones
corran el riesgo de ser atropellados al tener que desplazarse por la
calle, reservada para los vehículos y otros tipos de transporte”.
También se falta al civismo, “al irrespetar a la luz roja del
semáforo, el lanzamiento de papeles y desperdicios en la vía pública, la
música alta en los colmadones y residenciales, sin importar la paz de
los vecinos”.
Critica a la población, que “se ha ido acostumbrando a mirar estos
hechos como algo normal, y de esa misma manera nos alejamos cada vez más
del orden y respeto.
Los religiosos señalan, que esas y otras actitudes, se debe a la
falta de una cultura de respeto hacia las normas establecidas, y la
carencia de sanciones para los que las violen.
Deploran, que la presentación de una tarjeta de un funcionario
encumbrado, o la llamada a un superior uniformado, “no suplante la
sanción merecida al ciudadano que ha cometido la falta”.
Entienden, que frente a este panorama de estructuras que define como
“enfermas”, no debe haber espacios para llantos y lamentos, sino
correctivos.
Consideran, que cada quien debe aportar para sentar las bases de un
nuevo país, y recomienda, comenzar desde la familia respetando cada uno
de sus miembros las normas concebidas.
Ilustran, que las naciones que han crecido y muestran altos niveles
de vida, es fruto de muchos años de educación permanente, “en donde las
instituciones están por encima de los caprichos y ambiciones, de quienes
se creen herederos de privilegios permanentes en la sociedad corrompida
que han creado”.
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