Por Leoncio Bautista
HABANA, Cuba.-Dos de los principales inconvenientes que encara el turista que visita la isla es la dualidad en la masa monetaria y la contaminación prevaleciente en lugares cerrados, como son los hoteles , comedores y discotecas a causa del alto consumo de cigarros
.
Desde que cruza el mecanismo de chequeo en el aeropuerto internacional José Martí, el principal de esta nación caribeña, lo primero a lo que debe abocarse el visitante, es a convertir parte de los dólares o euros que lleva encima es convertirlo en pesos validados para cualquier transacción realizada por extranjero, los llamados Cuc, mientras para el ciudadano cubano existe otro tipo de moneda muy devaluada .
Por cien dólares el turista recibe en las casas de cambio instituidas por el Estado 87.35, mientras que el peso cubano vale a penas 25 centavos por un dólar.
Esa modalidad de intercambio monetario genera confusión al visitante al momento de realizar compras o pagar servicios en CUC lo que es ofertado en pesos cubanos.Por suerte que las mayorías de las utilidades están etiquetadas con los precios.
En la práctica durante mi estadía en La Habana, pude establecer que lo más conveniente a la hora de realizar compras calcular diferencia en costo entre dólares y el CUC, aunque lo limitado del comercio formal , es una dificultad.
Tampoco es recomendable hacer conversiones en grandes cantidades de dólares a pesos cubanos, porque se traduciría en pérdida al término de la estadía en la isla, debido a que al reconvertirlo a moneda estadounidense tiene descuento.
Contaminación por Tabaquismo
La alta concentración de turistas consumidores de tabacos, principalmente europeos y canadienses, hospedados en hoteles y centros de diversiones, es uno de los inconvenientes medioambientales , principalmente para aquellos no fumadores.Incluso en pleno almuerzo, uno que otros comensales suelen encender puros .
En contraste a eso, pese a que gran parte de la flotilla vehicular data de hasta medio siglo , expiden poco humo, porque están dotados de motores nuevos adquiridos en Europa a través de una operación del estado cubano.
Asimismo las mayorías de las calles permanecen limpias y en buen estado su asfaltado y drenaje pluvial. La basura es recogida y colectada en grandes zafacones y retirado con regularidad para impedir generación de malos olores.
También está regulado los niveles de ruidos incluido el toque de bocinas innecesario, mientras los sistemas de semáforos se mantienen funcionando de manera permanente y las interrupciones son prácticamente nulas, aunque muchas adolecen de suficiente iluminación,aunque el transitarlas durante la noche no inspira temor por la discreta vigilancia policial motorizada.
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