QUITO, Ecuador.-Miles de feligreses soportaron
estoicamente un torrencial aguacero que se prolongó a la
madrugada de este martes para reservar un puesto y asistir a la misa campal
que tiene previsto oficiar el papa en un gigantesco parque del norte
capitalino, en la tercera jornada de su visita a Ecuador.
Francisco tendrá el martes una jornada completa en Quito que además
de la misa multitudinaria incluye una reunión con obispos ecuatorianos,
educadores católicos y miembros de la sociedad civil para cerrar con una
visita privada a la iglesia jesuita de La Compañía.
El antiguo aeropuerto de Quito y ahora convertido en el parque
Bicentenario, lucía abarrotado la madrugada del martes por feligreses
que pasaron la noche en el lugar, pese a que cayó un torrencial
aguacero.
Cubiertos con plásticos, cobijas y bolsas de basura los feligreses
aguantaron mientras cantaban y compartían café. Abel Gualoto, de 59
años, es un vendedor de mariscos en el sur de Quito que estuvo desde el
lunes en espera de Francisco bajo un trozo de plástico con el que se
cubre.
“Claro que merece la pena estar aquí a pesar del clima. La alegría
por ver al Papa proporciona el calor que necesitamos”, dijo con el frío
en las manos y todavía mojado por las muchas horas de lluvia soportadas.
Gualoto estuvo acompañado de su mujer y su hijo, quien carga el
crucifijo que hasta ayer estaba colgado en el salón de casa. A los
vendedores ambulantes tampoco les importó el frío, la lluvia, ni la
madrugada. En el parque ofrecían recuerdos como cruces, calendarios o
llaveros con la cara del papa.
Uno de los más demandados es el “kit Francisco” que contiene una
mochila, un CD, pañuelo recordatorio de la visita y un rosario, todo a
por apenas 5 dólares. Hacia las cinco de la mañana empezó a sonar
desde altoparlantes música alegre y festiva que contrastaba con el frio
ambiente del lugar.
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