POR CESAR DALMASI
Con la ausencia de su cotidianidad habitual Santo Domingo se ha
convertido en esta Semana Santa en una metrópoli en la cual cualquiera quisiera
pernoctar o refugiarse en sus entrañas, para el disfrute de sus encantos como
la ciudad primada de América.
Y es que motivado al largo feriado de la semana santa muchos de sus
habitantes han optado por desplazarse hasta otras latitudes de la geografía
nacional, para por igual disfrutar a plenitud de la belleza y los encantos que
ofrece esta paradisíaca tierra que se llama República Dominicana, al tiempo que
estos vacacionistas aprovechan dicho feriado para juntarse con familiares y
amigos en su lar natal.
Es así como miles de dominicanos desde el jueves santo se han estado
movilizando en direcciones Norte, Sur, Este y por todos los puntos cardinales,
lo que ha motivado que las autoridades como siempre organicen el operativo de
Semana Santa a fin de proteger y salvaguardar las vidas y bienes de estos
turistas internos.
Pero, volviendo a la capital dominicana esta urbe se ha convertido en la
más acogedora, porque el bullicio normal de la misma se ha trasladado a otros
puntos, las compañías, comercios y empresas en su sentido general también han
cerrado momentáneamente sus puertas, la circulación vehicular ha bajado en más
de un 80 por ciento.
Y las personas y familias que han decidido quedarse en la más vieja
ciudad del nuevo mundo, ya sea por la situación económica que es una realidad o
sencillamente porque han querido vivir la experiencia y disfrutar de una capital distinta y multicolor con una
primavera en su verdadera plenitud, es así como familias enteras han optado por quedarse en el entorno de esta
ciudad que se vuelve edénica definitivamente en la Semana Santa.
Plazoletas, monumentos históricos, La Plaza de la bandera hoy convertida
en el monumento al soldado desconocido en honor a todos los soldados de ayer y
de hoy que nos han permitido y nos permiten disfrutar de la libertad que
exhibimos hoy día, pero también debemos de citar parques ecológicos como el Jardín Botánico,
el Mirador Este, Mirador Sur, Mirador Norte, el parque Zoológico nacional, el
parque los tres ojos, el Cachón de la Rubia, el Malecón de Santo Domingo y su
remodelada playa de Guibia o la simple belleza citadina invitan a disfrutar de
la inigualable como excepcional belleza de Santo domingo.
Así está nuestra ciudad o más bien eso es Santo Domingo, Historia,
monumentos culturales, ruinas que albergan toda nuestra historia y mantienen
vivo a nuestros ancestros como un vivaz recuerdo de lo que somos y desde donde
venimos.
Que viva Santo Domingo o
Quisqueya la bella esa misma tierra que más amó Cristóbal Colón, loor
eterno a nuestros emancipadores, Juan
Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Gregorio Luperon y todos los hombres y
mujeres de buena voluntad de ayer y de hoy.
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