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LAS INJUSTICIAS Y ORIENTE MEDIO SON TEMAS MEDITADOS POR PAPA FRANCISCO EN VÍA CRUCIS DE ESTE AÑO

CIUDAD DEL VATICANO.- Jóvenes libaneses han escrito las meditaciones del Vía Crucis de este año, el primero del papa Francisco, en las que denuncian las injusticias de los poderosos, exigen libertad religiosa y piden a los cristianos que sigan en Tierra Santa, a pesar, incluso, de la persecuciones que sufren.
Las meditaciones que acompañan a las catorce estaciones del Vía Crucis, que discurrirá por el Coliseo y la colina del Palatino de Roma, han sido escritas bajo la dirección del cardenal Becharas Boutros Rai, patriarca de la Iglesia Maronita, y fueron solicitadas por Benedicto XVI tras el viaje que realizó a Líbano el pasado año.
En la estación “Jesús es condenado a muerte”, los jóvenes denuncian que en el mundo actual muchos son los “pilatos” que tienen en las manos los resortes del poder y los usan “al servicio de los más fuertes” y muchos los que, “débiles y viles ante estas corrientes de poder, ponen su autoridad al servicio de la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida”.
“Señor, no permitas que nos incluyen entre los injustos. No permitas que los fuertes se complazcan en el mal, en la injusticia y en el despotismo. No permitas que la injusticia lleve a los inocentes a la desesperación y a la muerte. Ilumina la conciencia de aquellos que tienen autoridad en este mundo, de modo que gobiernen con justicia”, escribieron.
También denuncian que en todas las épocas el hombre ha creído poder sustituir a Dios y se ha sentido omnipotente, capaz de excluir a Dios de su propia vida y de la de sus semejantes, en nombre de la razón, el poder o el dinero.
También hoy -subrayaron- “se pretende expulsar a Dios de la vida del mundo” y pusieron como ejemplo “el laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de una presunta defensa del hombre; o el fundamentalismo violento que toma como pretexto la defensa de los valores religiosos”.
Los jóvenes libaneses piden a Dios por los pueblos “humillados y que sufren”, especialmente los de Oriente Medio, y en esa línea exigen libertad religiosa e imploraron la unidad de los cristianos para anunciar juntos el Evangelio.
En una región donde los cristianos son una exigua minoría, frente al Islam mayoritario, imploraron al Señor en el texto que les dé fuerza para permanecer en sus países, a pesar, incluso, de las persecuciones que sufren.
Los jóvenes también analizan el terrorismo, el homicidio y el odio y señalan que “parece como si nada pudiera suprimir el mal en el mundo”.

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