Asimismo, cuestionaron que la campaña que
existe en el país de orientación a los menores sobre el uso de
preservativos y cuestionaron el bajo salario que perciben los
policiales, militares subalternos y los profesores.
Mientras que entre cantos y meditaciones, los párrocos fueron enumerando y comentando las palabras bíblicas.Primera palabra: “Padre, padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”
Segunda palabra: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Tercera palabra: “Madre he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre”
Cuarta palabra: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado”
Quinta palabra: “Tengo sed”
Sexta palabra: “Todo está consumado”
Séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
El cura Antonio Méndez enfatizó en que
el principal problema de nuestro país son los políticos. “Me da
vergüenza cuando veo un político hablando de los pobres y escucho tantas
mentiras. Nuestra nación es rica, con mucha gente buena, pero con
gobernantes pobres de conciencia”.
De igual modo condenó la alta tasa de
violencia que vive la sociedad y la labor de algunos agentes corruptos
que multiplican la delincuencia. “Cuánta corrupción en mi nación”,
señaló.
En una segunda meditación, el sacerdote
Carlos Abreu criticó el enriquecimiento ilícito y destacó que “todos los
paraísos son efímeros si Dios no está presente”.
Por su parte, Miguel Ángel Avarante,
criticó fuertemente la desigualdad entre los sexos y la violencia contra
la mujer. “Que cesen ya los feminicidios. Ya se están convirtiendo en
una moda. La sociedad es lo que es la familia”, resaltó.
En el aspecto sexual expresó que da
vergüenza cómo instituciones reciben dineros de organismos
internacionales para promover la sexualidad en menores, repartiendo
preservativos en las escuelas. Así no se resuelve el problema de la
Educación cuando los profesores ganan tan mal, cuando hace falta libros,
cuando los pobres no pueden educarse”, comentó.
Asimismo, el párroco Sandy Ramírez dijo que la violencia intrafamiliar se ha convertido en una epidemia.El cura Willian Viña meditó sobre la sed de Cristo y dijo que no era solo, sino también de justicia, de paz, de orden y caridad.
Al extrapolar esa frase a suelo
dominicano apuntó que a muchas familias se les escucha gritar por la
carencia de agua potable, por las injusticias que cometen las
autoridades y por no tener con qué alimentar a sus vástagos.
Martín Lenk, clérigo y maestro de
teología, sorprendió a todos con la denuncia que hizo en contra de la
Dirección General de Migración, a la que acusó de mantener
indocumentados a nacionales haitianos que ya estaban registrados en el
país, acción que calificó como ilegal.
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