POR GERMANIA GARABITO
SAN CRISTÓBAL.- Un escape de gas fue la causa de que esta vivienda y todos sus ajuares se redujeran a cenizas el pasado viernes a las 11:30 de la mañana, mientras la propietaria cocinaba los alimentos.
De acuerdo a residentes cercanos, el fuego consumió en segundos todo lo que había en la vivienda antes de que los bomberos llegaran al lugar. La señora maría, señaló que fueron los propios vecinos quienes con cubetas de agua intentaron apaciguar las llamas.
La vivienda estaba ubicada en el callejón Duarte del sector David en Madre Vieja Norte, y según vecinos tenían más de 30 años residiendo allí.
Tres camas, una cuna, dos estufas, televisores y otros electrodomésticos fueron reducidos a escombros.
La casa estaba habitada por su propietaria la señora Mirella de 60 años, una hija y tres nietos de 12, 8 y 5 años de edad, la primera y los tres últimos se encontraban en el lugar al momento de producirse el siniestro pero gracias a la rapidez de los vecinos estos no resultaron heridos.
La señora Mirella tuvo que ser trasladada donde sus familiares debido a que el susto le provoco un ataque de nervios. La misma es viuda y su hija es empleada de zona franca.
Familiares y amigos pidieron el socorro tanto del sindico Raúl Mondesí, como del gobernador Gamalier Montas, para que acudan a solidarizarse con esta familia que lo ha perdido todo.
SAN CRISTÓBAL.- Un escape de gas fue la causa de que esta vivienda y todos sus ajuares se redujeran a cenizas el pasado viernes a las 11:30 de la mañana, mientras la propietaria cocinaba los alimentos.
De acuerdo a residentes cercanos, el fuego consumió en segundos todo lo que había en la vivienda antes de que los bomberos llegaran al lugar. La señora maría, señaló que fueron los propios vecinos quienes con cubetas de agua intentaron apaciguar las llamas.
La vivienda estaba ubicada en el callejón Duarte del sector David en Madre Vieja Norte, y según vecinos tenían más de 30 años residiendo allí.
Tres camas, una cuna, dos estufas, televisores y otros electrodomésticos fueron reducidos a escombros.
La casa estaba habitada por su propietaria la señora Mirella de 60 años, una hija y tres nietos de 12, 8 y 5 años de edad, la primera y los tres últimos se encontraban en el lugar al momento de producirse el siniestro pero gracias a la rapidez de los vecinos estos no resultaron heridos.
La señora Mirella tuvo que ser trasladada donde sus familiares debido a que el susto le provoco un ataque de nervios. La misma es viuda y su hija es empleada de zona franca.
Familiares y amigos pidieron el socorro tanto del sindico Raúl Mondesí, como del gobernador Gamalier Montas, para que acudan a solidarizarse con esta familia que lo ha perdido todo.
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