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DEDICAN COLUMNA MEMORABLE A CRONISTA DEPORTIVO FRANKLIN MIRABAL



Por Américo Celado



Se puede estar o no de acuerdo con la forma de trabajar la comunicación deportiva del editor del periódico Hoy Franklin Mirabal, pero hay que reconocerle su inmensa capacidad de trabajo y de ejecución de sus inquietudes.
Repaso rápidamente en mi mente y no encuentro en la crónica deportiva un ser humano más atrevido que Mirabal, quien un buen día decidió incursionar como traductor en el periodismo y se insertó.
Pero sus inquietudes iban más allá de traducir cables y se atrevió a redactar notas en el Listín Diario y se hizo parte del equipo que dirigía el inmortal Félix Acosta Núñez.
Sus atrevimientos sin límites siguieron su agitado curso y asumió un rol nuevo como narrador de béisbol de la pelota dominicana y de las Grandes Ligas, imponiendo su sello… todos recuerdan el “back, back, back, way back”.
Un buen día se atrevió a producir y conducir un programa de radio, Impacto Deportivo, que tiempo después lo llevó a la televisión con éxito en materia de “rating” y de facturación.
Tiempo después, en la cotidianidad de sus funciones como editor deportivo, se le encendió el “bombillo” y se atrevió a escribir un libro.
A ese atrevimiento le cogió el “gusto” y ya va por cinco publicaciones, siendo el más reciente “Anécdotas” que fue puesto en circulación la semana pasada. Un libro que recoge acontecimientos narrados por los protagonistas y prologado por el profesor Juan Bolívar Díaz.
Lo grande del caso Mirabal es, que ni se da por enterado de la dimensión de sus atrevimientos porque todo cuanto ha hecho hasta el momento forma parte de su diversión, lo que no le deja valorar en su justa dimensión lo que está haciendo.
Sus atrevidas acciones le han merecido muchos galardones, reconocimiento a su desempeño, del Círculo de Locutores y de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo, tantos que ya no sabe en donde colocarlos.
A través de su programa decidió darle la oportunidad al talento joven con inquietudes para desempeñarse en la crónica deportiva, permitiéndole capacitarse y darle participación en sus espacios, atrevimiento de dimensiones que de seguro no alcanza entender porque se que Franklin se queda en la euforia.
Entiendo que será cuestión de tiempo, a lo mejor dentro de 15 o 20 años más cuando la madurez total se apodere de Mirabal que medirá el grado de atrevimiento que tuvo a su paso por el periodismo deportivo y de seguro que se alarmará porque mientras producía no medía la repercusión de sus osadías.
De algo estoy seguro, los amantes del béisbol han sido los grandes beneficiados de los constantes y consistentes atrevimientos de ese “gran atrevido” de nombre Franklin Mirabal.

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