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INFORMACIÓN, DESINFORMACIÓN Y TRÁFICO


(La otra verdad de la prensa, con cariño a Haime Thomas y Carlos Manuel Estrella y, en ellos, a todos los que siguen su patriótico ejemplo)
-Parte I-
Por CLAUDIO MÁRQUEZ
En los medios de comunicación siempre hemos encontrado verdades, medias verdades y mentiras. Sin importar su estructura, los medios de comunicación han dado con un tipo especial de “comunicadores”, cuya única habilidad consiste, precisamente, en actuar al margen de la verdad y, por tanto, en la programación y empuje de sus medias verdades y mentiras.
Entre los medios y la sociedad ha prevalecido, en tanto, un factor de sortilegio y sumisión, contexto en el que se toman y fabrican víctimas para dar valía a las medias verdades y las mentiras.

El hecho es que entre la información, la desinformación y su tráfico, se identifica también una especie de cambalache, de conducta y vocación barata; y de la que participan periodistas y comunicadores más inclinados a los beneficios de sus “caros” trabajos, que al derecho ciudadano de disponer de información veras y precisa.
Todo lo expresado hasta aquí cae como anillo al dedo frente al modelo de periodismo empujado por figuras públicas de Santiago como Haime Thomas y Carlos Manuel Estrella. Dos “estrellas” de la televisión santiaguense que han estado orientando sus comentarios matinales hacia la edificación de una percepción negativa de la actual alcaldía. Las razones de esta conducta son, personalmente, entendibles, como manifestación de lo que ayer fue, pero que no lo es hoy. (Ley del cambio o la dialéctica, como prefieran entenderlo). Lo sencillo en comunicación llega fácil, es una máxima primaria en el engrosamiento de los contenidos informativos y persuasivos, pero en esta oportunidad me permito no lastimar, ni el ego ni la hipersensibilidad de estos amigos, a pesar de que frecuentemente orientan y fundamentan sus comentarios matinales en rumores y suposiciones marcadamente interesados.
Es el tipo de periodismo al que he rehuido toda mi vida, porque es, en verdad, un arma de doble filo. Tanto la especulación como las mentiras y las medias verdades tienen su revés. Pero para que no vaya a creerse o entenderse que, como empleado del cabildo, estoy utilizando mis expresiones para escudar las verdades a las que aluden, dejo establecido que la función que actualmente ocupo en el organismo edilicio está a disposición de quien la quiera. Si para permanecer allí debo humillarme o permanecer callado frente a bajezas como esas, opto por la retirada, sin que la misma deje de ser necesariamente una escaramuza táctica, podría ser mi decisión, no la de ellos ni la de nadie.
Carlos Manuel Estrella ha tomado el camino de enfrentar la gestión municipal del doctor Gilberto Serulle, a lo que él tiene derecho como comunicador y allegado a la gestión de José Enrique Sued, una persona de la vida política de Santiago que hizo cantidad de favores a ciudadanos del municipio, pero que tampoco debe ser exaltado o privilegiado cuando la propia justicia demanda de su presencia.
La justicia es para todos, aunque el orden de clases sea diferente en la sociedad dominicana.
De hecho, lo que concede valor a la democracia es esta forma de ajuste de lo mal hecho; pretender infamar a los periodistas y comunicadores que hemos considerado, hasta este momento, la conveniencia de ejercer en calidad de asalariados en el cabildo no es delito, pero mucho menos una excusa para que a diario en el aludido espacio de televisión se pretenda abrir una brecha de mezquindad en nuestro perjuicio.
Entre otros, uno de los problemas más visibles del periodismo y la comunicación del país es la falta de ética, a la que por naturaleza se suman conductas inapropiadas como las que refiero en los casos de estos dos “distinguidos representantes de la prensa local”.
Lástima que mi estado de salud no me permita repeler en los términos que solía hacerlo, requiriendo, incluso, una reparación por los daños de imagen ocasionados y por la actitud inexacta de colegas que todos conocemos en los que están y en lo que persiguen.
Como periodista de más de treinta años recorridos, he asumido una posición de independencia y tranquilidad; la que no dejaré sucumbir frente a la perversidad de los que ayer, creyéndose dueños de los bienes del municipio, reportaban ganancias “extras” por sus servicios.
La combinación de Haime Thomas y Carlos Manuel Estrella es mortal, según lo que se vende, pero no tanto como para quedarnos dormidos en el silencio. Por lo que entiendo que muchas veces, en sus espacios, no se sabe lo que brindan: si información, si desinformación o mentiras.
El autor es periodista.

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