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VERDADES QUEMANTES: INVI Y MONTE GRANDE


POR JOSE PIMENTEL MUÑOZ
( El autor es periodista)
Hace alrededor de seis años el Instituto de Auxilios y Viviendas (INAVI) construyó una moderna funeraria en la populosa ciudad de San Cristóbal, en el lugar donde existió hace muchos años la vieja planta eléctrica. Aunque con facilidades limitadas, el establecimiento ha rendido buenos frutos y prácticamente se ha constituido en el principal de su género en esa localidad.
En los últimos meses, sin embargo, se ha notado un desplome en la calidad de las atenciones, en la estética y el ornamento interior. Y para colmo, el servicio de energía eléctrica le ha sido suspendido nada más y nada menos que por falta de pago. Esto último crea una situación desesperante dentro de la funeraria cuando está congestionada de público.
Podría la administradora general de INAVI, Maritza López de Ortíz, ofrecer una explicación al respecto ?.
HEROE DE MONTE GRANDE
Mucha gente ignora que la presa de Monte Grande es un proyecto acariciado desde el gobierno de siete meses de Juan Bosch en 1963 y que varias veces fue retomado en distintas épocas desde entonces, volviendo cada vez a ser archivado por una u otra razón.
Esta semana, después de muchos veremos, el proyecto ha arrancado en una ceremonia encabezada por el Presidente Leonel Fernández, de quien se espera se lleve la gloria de entregar una obra que tendrá para Barahona, Baoruco, Independencia y otras provincias un impacto mayor al que recibió Azua cuando se concluyó la presa de Sabana Yegua y superior al que recibió San Juan de la Maguana cuando se edificó Sabaneta.
Esperemos, sin mayores detalles, que arranquen los trabajos y que en tres años se estén viendo los resultados.
Pero un punto es preciso reconocer, sin lisonjas ni palabrerías: la concretización de este proyecto tiene que agradecerse primero al Presidente de la República, que dió luz verde desde el principio, pero después a una persona criticada sin razón por algunos que se llevan de los “cantos de sirena de las casandras criollas”, que vapulean y critican sin contar con documentación, pruebas y elementos de juicio.
Y nos referimos a Héctor Rodríguez Pimentel, quien en su gestión de dos años en el Indrhi fue quien, por propia iniciativa, sacó del oscuro archivo éste proyecto, lo desempolvó, publicitó, actualizó y lo contrato mediante licitacion publica internacional y luego hizo gestiones en la cúspide del gobierno para que se pusiera en la lista de prioridades, con los resultados que hemos visto en esta misma semana.
A Rodríguez Pimentel se le atribuyó una sobrevaluación de la obra, acusación lanzada sin haberse iniciado los trabajos, sin haberse concluído los trámites previos y –lo que es más- sin haberse desembolsado un centavo.
Hace poco el Presidente Fernández se encargó de aclarar las cosas cuando dijo que se estaba haciendo un estudio minucioso de los costos de la presa en razón de que el gobierno tenía tres cotizaciones diferentes y que los costos definitivos se establecerían cuando terminara el diseño.
Y esas dudas fueron mas que despejadas cuando esta misma semana el Presidente envio al senado el mismo contrato de Montegrande que Rodriguez Pimentel firmo con la firma brasilena Andrade Gutierrez por el mismo monto, 354.3 millones de dolares.
Inexplicablemente los costos no han vuelto a interesar a nadie de los medios de comunicación y mucho menos a los que lanzaban acusaciones contra el que fue director del INDRHI y que hace un año no está ya en el puesto, por lo que no ha manejado los aspectos recientes del asunto.


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