Independientemente de los alegatos válidos o no de la dirigencia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), sobre supuesto fraude que fue víctima, considero que en la derrota de muchos de sus candidatos, principalmente a senadores y diputados, se debió a sancadillas, recelos y tratativas de muchos dirigentes y militantes de esa organización política opositora.
No es secreto, que connotados dirigentes , principalmente a nivel provincial y municipal se confabularon con peledeistas para a cambios de favores económicos o por simple revanchismos, mandaron a votar por ésto.
Constituye secreto a voces, que en varias circunscripciones electorales de la provincia Santo Domingo, el Distrito Nacional, Santiago, Dajabón, María Trinidad Sánchez, San Cirstóbal, Azua, Mao, La Vega y otros, muchos dirigentes mandaron a fraccionar sus votos, favoreciendo a los candidatos a síndicos de su partido y a diputados y senadores, a los del PLD y el Bloque Progresista.
Esto se explica que en determinados municipios, los candidatos a síndicos obtuvieron hasta el 59 por ciento de los votos, mientras que los a diputados, siquiquiera el 15 por ciento. También se ha romoreado, que delegados perredeistas incurrieron en tratativas con compañeros peledeistas, para quitarles votyos a sus compañeros y adjudicárselos a candidatos peledeistas.
De ser cierto eso, sus autores podrían catalogarse de miserias humanas, miserables e indignos que no merecen seguir perteneciendo a un partido que se denomina ¨La Esperanza Nacional¨.
En el municipio Pedro Brand, he sido testigo de la algarabía que provocó en algunos dirigentes del PRD al enterarse que varios compañeros candidatos perdieron, flotándose las manos que varios de sus adversarios políticos, triuntaron. Cuántas miserias humanas y materiales. Quienes les sirva el traje, que se lo ponga.
Ese indigno comportamiento me trajo a la memoría la observación axiomática reiterada del fenecido líder perredeista, doctor José Francisco Peña Gómez, de que ¨sólo el PRD, derrota al PRD¨.
Entiendo que luego de finalizado el proceso de cuestionamiento a los resultados del pasado proceso electoral, los líderes del PRD deben abocarse a un proceso de análisis y reflexión sobre los múltiples factores que contribuyeron a la derrota, restablecer la disciplina y decoro político de algunos de sus dirigentes, a los fines de evitar se repitan experiencias neuróticas, y el partido del ¨Jacho Prendio¨ no se convierta en entelequias, como ocurrió a la Unión Cívica, y ahora en riesgo de igual suerte, del PRSC.
Por suerte para el PRD, que en su seno hay hombres y mujeres jóvenes talentosos, dispuestos a dar la ¨pelea¨en el terreno político, para enrumbar esa organización por mejores derroteros, valiéndose de dirigentes que en la praxis han demostrados suficientes grado de decencia y dignidad.
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