Todo está listo para la convención perredeísta de este domingo, donde mediarán fuerzas Miguel Vargas Maldonado y el expresidente Hipólito Mejía, quienes lo harán a través de los dos aspirantes a secretaría general del Partido Revolucionario Dominicano, Orlando Jorge Mera y Guido Gómez Mazara, mientras que el presidente del PRD, garantiza un proceso eleccionario libre y transporante.
Si algo de novedoso tiene la convención perredeísta será el precedente ambiente de enfrentamiento, sino la instrumentación de las instancias y los procesos institucionales para las aspiraciones presidencialistas de Miguel Vargas Maldonado.
El fenómeno se evidencia con la retórica con que compiten los dos candidatos a la secretaría general, el cargo más férreamente disputado en estos comicios internos del Partido Revolucionario Dominicano.
Ahorrándose la alusión a su oponente, Orlando Jorge Mera promete que Vargas Maldonado podrá dedicarse a hacer campaña por la Presidencia sin temor a que alguien, desde la secretaría general, se dedique a violentar sus lineamientos.
Guido Gómez Mazara se preocupa por convencer de que no constituirá obstáculo para la consecución de la meta para 2012.
Otra parte del debate gira en torno a un aspecto en el que la sociedad considera dormido al PRD. Gómez Mazara apuesta a una oposición firme frente al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, mientras Jorge Mera defiende la política de concertación que ha llevado al PRD a pactar con el presidente Leonel Fernández.
Ese entendimiento facilitó la distribución de los cargos en el Parlamento Centroamericano y varios aspectos de la reforma constitucional, como la modalidad de reelección presidencial que se aplicará, la forma de dividirse los puestos en el Consejo Nacional de la Magistratura y la creación de un Tribunal Constitucional.
Pero más que a lo programático las cartas este domingo apuestan a lo electoral.
El presidente del partido, elegido por la Comisión Política ante el retiro de sus contrarios, ordenó una boleta plebiscitaria, para someterse a la ratificación masiva y para pedir que le permitan modificar los estatutos, que prohíben que las autoridades máximas compitan por cargos estatales.
Un secretario general, uno de organización y 21 vicepresidentes son las principales figuras que los votantes escogerán para que dirijan por cuatro años al partido blanco.
En un PRD donde los tradicionales líderes de grupos y tendencias ya no tienen la mayor incidencia, el mecanismo de selección ya no es la repartición entre los aspirantes presidenciales perdedores.
En 1999, cuando los perredeístas escogieron a Hipólito Mejía para la boleta presidencial, a Hatuey De Camps le tocó presidir el partido, a Rafael Suberví Bonilla la secretaría general y a Milagros Ortiz Bosch la candidatura vicepresidencial.
Luego de la crisis por la repostulación de Mejía en 2004, Ortiz Bosch dirigió una reforma estatutaria que consagró el voto universal para todos los cargos del partido y prohibió, en el artículo 185, que las autoridades máximas se postularan a cargos de elección nacional.
El fenómeno se evidencia con la retórica con que compiten los dos candidatos a la secretaría general, el cargo más férreamente disputado en estos comicios internos del Partido Revolucionario Dominicano.
Ahorrándose la alusión a su oponente, Orlando Jorge Mera promete que Vargas Maldonado podrá dedicarse a hacer campaña por la Presidencia sin temor a que alguien, desde la secretaría general, se dedique a violentar sus lineamientos.
Guido Gómez Mazara se preocupa por convencer de que no constituirá obstáculo para la consecución de la meta para 2012.
Otra parte del debate gira en torno a un aspecto en el que la sociedad considera dormido al PRD. Gómez Mazara apuesta a una oposición firme frente al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, mientras Jorge Mera defiende la política de concertación que ha llevado al PRD a pactar con el presidente Leonel Fernández.
Ese entendimiento facilitó la distribución de los cargos en el Parlamento Centroamericano y varios aspectos de la reforma constitucional, como la modalidad de reelección presidencial que se aplicará, la forma de dividirse los puestos en el Consejo Nacional de la Magistratura y la creación de un Tribunal Constitucional.
Pero más que a lo programático las cartas este domingo apuestan a lo electoral.
El presidente del partido, elegido por la Comisión Política ante el retiro de sus contrarios, ordenó una boleta plebiscitaria, para someterse a la ratificación masiva y para pedir que le permitan modificar los estatutos, que prohíben que las autoridades máximas compitan por cargos estatales.
Un secretario general, uno de organización y 21 vicepresidentes son las principales figuras que los votantes escogerán para que dirijan por cuatro años al partido blanco.
En un PRD donde los tradicionales líderes de grupos y tendencias ya no tienen la mayor incidencia, el mecanismo de selección ya no es la repartición entre los aspirantes presidenciales perdedores.
En 1999, cuando los perredeístas escogieron a Hipólito Mejía para la boleta presidencial, a Hatuey De Camps le tocó presidir el partido, a Rafael Suberví Bonilla la secretaría general y a Milagros Ortiz Bosch la candidatura vicepresidencial.
Luego de la crisis por la repostulación de Mejía en 2004, Ortiz Bosch dirigió una reforma estatutaria que consagró el voto universal para todos los cargos del partido y prohibió, en el artículo 185, que las autoridades máximas se postularan a cargos de elección nacional.
Según algunos sondeos publicado Jorge Mera supera a Gómez Mazara en la intención de votos de los perredeístas, aunque Hipólito Mejía declaró este viernes en su residencia campestre de Cambita Garabito, que está confiado que Mazara y José Francisco Peña Guaba, serán los ganadores de la secretaría general y de organización.
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